Es bastante usual en la industria ver cómo proliferan los clones de una obra que alcanza un gran éxito mediático. Uno de los casos más recientes fue el del retirado Flappy Bird que, tras su gloria efímera, vio cómo aparecían después decenas de copias descaradas en las tiendas para los smartphone. Casualmente, el juego de esta semana es uno de estos casos, aunque planteado más como un homenaje al título en el que se basa.
Evo Explores (Tobeglad, 2016) es un juego que calca sin sonrojo las mecánicas y el diseño artístico de Monument Valley (Ustwo, 2014). Como en el juego de Ustwo, y con la excepción del simpático robot que manejamos aquí, nos movemos en un universo inhabitado repleto de estructuras pasilleras imposibles que juegan con nuestra percepción. Para avanzar debemos solventar los puzles escondidos en catorces laberintos. Con el puntero del ratón marcamos el camino de nuestro avatar o manipulamos el escenario. Rápidamente seremos conscientes de que en Evo explores predominan las ilusiones ópticas, verdadero puzle que dificulta el avance y, a la vez, nos embelesa con construcciones que transforman el escenario y el recorrido. Olvídense, pues, de las leyes físicas y de la lógica.
El título de Tobeglad nos hace partícipes de la incomprensión del robot frente al mundo en el que ha despertado, que no logra entender cuál es la razón para que permanezca inhabitado. En los bellos parajes predominan los tonos pastel y las plataformas integradas en un hexaedro, fiel reflejo de lo que vimos en Monument Valley, el cual también bebía de títulos como Echochrome (SCE Japan Studios, 2008), Q*bert (Gottlieb, 1982), EDGE (Mobigame, 2008) o Fez (Phil Fish, 2012). A medida que vayamos superando niveles, las dudas del robot también se irán disipando, sobre todo con las aclaraciones de algún personaje que hará, además, las veces de herramienta para resolver algunos rompecabezas. El carácter sinfónico y ambiental de la música, que nos acompañará en todo momento, acaba por darle ese toque zen pretendido.
Evo Explores nace del amor de sus autores por el título original de Ustwo, los ukranianos Kirill Kuzyk (alias Tobeglad), Kate Partakova y Oleh Kravets. El diseño de niveles tan perfeccionista le ha permitido alcanzar una puntuación similar a la que obtuvo en su momento la obra en la que se inspira. No obstante, se distancia aportando innumerables idiomas para la traducción de la historia, con lenguas que no suelen ser muy comunes de primeras como el árabe o el croata. Aspectos como este, son una prueba más de la ardua labor de los fans del juego, que auparon el proyecto desde el principio hasta incluso colocar una versión en Steam, pero esta vez ya bajo el estudio Stampede Games.
En todo caso, se trata de un buen ejemplo de cómo un clon es capaz de reconocer los méritos ajenos e incluso superarlos en ciertos aspectos. El juego sigue siendo corto, pero, tanto si hace dos años jugasteis o no a Monument Valle, Evo Explores es una oportunidad para recuperar las mismas sensaciones o para descubrir una obra elegante y sorprendente.
JUÉGALO EN: Kongregate
OBSERVACIONES:
– No es habitual que tengamos un artcade en español, así que en este sentido salimos ganando.
– Si no te gustó Monument Valley…