Hace algo más de dos años, al poco de inaugurar nuestro primer programa de El mapa del tiempo, Juegoreviews y Start llegaron a un acuerdo para que los podcasts que hacíamos en esta casa se publicasen también en aquella sección de videojuegos de eldiario.es. Y así fue. Nuestro segundo capítulo salió en ambas webs poco antes de las vacaciones de verano. Por la audiencia que abarcaba y por su prestigio, empecé a fantasear con la visibilidad que nos podría reportar el estar al lado de uno de los medios online más importantes de España. Dos meses después, tras más de cuatro años informando sobre videojuegos, Juegoreviews echó el cierre por falta de viabilidad económica. No tuvimos tiempo ni de publicar un tercer episodio. Ups.
«Escribir es difícil. Hacer videojuegos es difícil. ¿Escribir sobre videojuegos? […]», algo así como sobrevivir a Ludwig en Bloodborne, sin mejorar el arma ni tener ningún vial de sangre del que echar mano. Este extracto —al que le he adaptado el final— de Chris Suellentrop, periodista político y crítico de videojuegos, y nuestra breve odisea con eldiario.es son ejemplos de la dificultad que supone hacer una crítica cultural o sobrevivir creando contenido en este sector. Por supuesto, y aunque la frase parezca sugerirlo, la empresa del crítico es menos compleja que la del desarrollador de videojuegos. Ni por asomo se le acerca. Sin embargo ya intuimos, también desde la ignorancia, el duro trabajo que hay detrás del diseño, la programación o el arte de cualquier juego. Pero sepan una cosa: para escribir, incluso sobre videojuegos, tampoco vale cualquiera.
Aun con todos los escollos que encuentran por el camino los valientes que quieren escribir sobre este sector, creo sinceramente que no nos va tan mal. Es cierto que la rentabilidad y viabilidad económica de los medios sigue siendo una asignatura más que pendiente. La mayor parte de las webs y revistas que leo a diario no son profesionales, se mantienen por amor al arte, y algunas consiguen a duras penas el dinero justo para existir. De la misma manera, la mayoría de autores españoles que aprecio no viven de sus críticas, algunos —muy pocos— logran malvivir y otros —los menos— consiguen convertirlo en su oficio. Sin embargo, una cosa no quita la otra: las perspectivas económicas pueden ser nefastas, pero nunca se escribió tanto ni tan bien sobre videojuegos en este país como durante estos últimos años.
Curiosamente, esta situación es bastante similar a la que viven los estudios en España en la actualidad, con mucho talento potencial, pero poco éxito comercial. Les aseguro que no es la primera vez que leo o escucho —e incluso que me han dicho a la cara— que nos sobra creatividad y nos falta industria. Sea como fuere, lo cierto es que creo que también vivimos una etapa interesante en cuanto a desarrollo. No sé si estamos ante una nueva edad dorada española, pero solo en este último año hemos visto títulos interesantes como The Red Strings Club, Moonlighter, Do Not Feed The Monkeys, Red Matter, Crossing Souls… y tenemos GRIS a la vuelta de la esquina. Podemos rasgarnos las vestiduras y ver el vaso medio vacío, pero en los cinco años que llevamos por aquí los RiME, Candle, Los Rios de Alice, MechaNika, MIND: Path to Thalamus, Metroid: Samus Returns, Super Hydorah o The Sexy Brutale, entre otros muchos, parecen una buena muestra de la que sentirnos orgullosos.
Precisamente, y para celebrar el quinto aniversario de Start, queríamos terminar el año con un especial dedicado a la escena española de videojuegos, no solo la actual, sino también la que inició sus aventuras en los 80 y 90. Inspirados por Polygon’s 2017 Year in Review —propuesta que homenajeamos con esta introducción similar—, hemos invitado a algunos de nuestros desarrolladores y críticos favoritos para que escriban sobre los juegos patrios. A los primeros les pedimos que reseñasen un título español, bien por ser su fetiche, bien por su relevancia; a los segundos, una reflexión relacionada con nuestra industria cultural. El resultado ya lo verán: 14 textos para comprobar cómo observan los profesionales el trabajo de sus compañeros; para descubrir sus gustos, influencias y cavilaciones; para repensar nuestra industria desde una perspectiva cultural… en fin, para lo que estamos todos aquí, para entretenernos.
Ilustración exclusiva de la portada: David Montoro
DEL 27 DE NOVIEMBRE AL 5 DE DICIEMBRE
MARTES 27
Marta Triviño | Americanizados: Sobre la relación de los videojuegos con la cultura española
Kevin Sardà | The Red String Club: La libertad de narrar sin castigo
MIÉRCOLES 28
Arturo Monedero | Infernium: Miedo y traición en el diseño de niveles
Mariona Valls | Love you to bits: La importancia de las historias breves
JUEVES 29
Jordi de Paco | Nongünz: La guerra y el nihilismo según Edu Verz
Eurídice Cabañes | La otra industria del videojuego
VIERNES 30
Miguel Vallés | Calendula: La necesidad de aportar creatividad al medio
Beatriz Legeren | La abadía del crimen: Año 1327, una historia medieval de 8bits
LUNES 3
Eva Gaspar | Maldita Castilla: Traer la infancia al presente
Carlos Coronado | Angry Ramos: El éxito relámpago
MARTES 4
Ángel Luis Sucasas | Suspiros por la Biennale del pixel
Alberto Oliván | Cozumel y las aventuras que guardábamos en el cajón
MIÉRCOLES 5
Laura Luna | La belleza plural. El Body Positivity en los videojuegos
José María Villalobos | Sobre códigos, letras y la pasión que une al sector